martes, 15 de mayo de 2012

El caprichoso secreto de Madrid

Personalmente, creo que es el parque más bonito de Madrid. El Capricho, situado en la Alameda de Osuna muy cercano al aeropuerto, es un oasis dentro del ritmo de Madrid y parque no siempre conocido del gran público o del turista (¿afortunadamente?).
La primera vez sorprende el contraste de su diseño, edificios, ...  pero sobre todo la gran recuperación ejecutada a pesar de su pasado y papel importante en laGuerra Civil.

Suele pasar desapercibido un pequeño puente de hierro junto al estanque, que tiene el honor de ser el primero en España de su género.

Lugar perfecto para llevar a los niños y, porqué no a amigos y  visitas, sorprendiéndoles con otro Madrid muy lejano del mar de asfalto que le rodea.


PD: sólo abierto en fines de semana y festivos.

jueves, 15 de marzo de 2012

Londres Preolímpica

Viaje relámpago a Londres a escasos meses del comienzo de los Juego Olímpicos.

Espectacular tiempo para disfrutar de unas horas de libertad fotográfica con un recorrido clásico por el centro de Londres y sus puntos de referencia.


martes, 7 de diciembre de 2010

¿Día de lluvia en Madrid? Respuesta de hoy: Faunia

Día festivo -puente- y de lluvia en Madrid, ¿qué se puede hacer con los niños?.

Una buena respuesta a esta pregunta es Faunia. A diferencia del zoo, la mayoría de los animales se encuentran en instalaciones cubiertas lo que en día de lluvia se agradece. Son animales de pequeño tamaño, no esperemos los hipopótamos, osos, etc que se pueden ver en el zoo. Faunia ofrece una visita más cuidada, con entornos adaptados al medio de los animales -menudo calor en la Jungla- y con todo lo necesario para disfrutar de la jornada.
Todo ello dentro de un marco didáctico y de interacción orientado a los niños pero donde los adultos también podemos divertirnos.

Las entradas son un poco caras (unos 25€ adulto) pero no es raro no encontrar algún descuento (18 €) en la oficina, farmacias, etc o comprándolas en su página web. Niños menores de tres años tienen acceso gratis, siendo ésta una buena edad para su primera visita.

La visita puede durar varias horas (4-5 en nuestro caso) , asistiendo a los espectáculos vivos que se ofrecen, entre los que destacaría las siempre simpáticas focas y osos marinos en el Teatro del Lago. La larga duración, que en nuestro primera visita no esperábamos, implica plantearse la comida en Faunia, bien en alguno de los restaurantes (restaurante buffet, hamburguesería o máquinas) o alternativamente llevarse algo. En su página web ofrece algunos bonos que incluyen comida.

El recinto, es laberíntico pero bien indicado en los carteles que aparecen con información de ruta y distancias. Por cierto, a la entrada se vende el plano -detalle feo, podían regalarlo- pero casi no lo utilizamos, principalmente debido a la lluvia y la claridad de los postes de información. Es importante planificar la visita en función de los espectáculos para evitar recorridos innecesarios por el parque, no tan pequeño como pueda parecer a primera vista.

¿Qué nos encontraremos?

En primer lugar, sorprenden los numerosos ani
males que se encuentran en libertad en el parque y con los cuales se puede interactuar, lo que divierte enormemente a los niños. Extraños patos con llamativos colores, los siempre elegantes flamencos, curiosos pelícanos acercándose en busca de comida o los juguetones perros de las praderas corriendo junto a los niños, todo ello en libertad.
Las zonas cerradas, permiten observar los animales en entornos muy similares a su hábitat natural. Aquí nos encontraremos, entre otros, la espectacular Jungla con exóticos animales o el acuario donde los grandes peces nos rodearán con su lento nado. Pero quizás el más destacado hábitat es el Ecosistema de los Polos, donde fácilmente entenderemos el origen del apelativo de "pájaro bobo" otorgado a los pingüinos.

El Mundo de la Noche, la Casa de las mariposas, el Bosque Africano son algunas de la áreas donde disfrutaremos de curiosos animal es de manera didáctica y cuidados parece, con especial cariño.

Finalmente, dos zonas no tan pobladas pero que no se debe perder: la mina (Misterios bajo la tierra) y los dinosaurios (Evolución). La mina permite recorrer el subsuelo de una mina ficticia, observando diferentes reptiles, anfibios de lentos y tranquilos movimientos en penumbra, lo cual en día de pocos visitantes puede asustar. Contrasta con la cercana exposición dedicada a los grandes pobladores de la Tierra: los dinosaurios, Godzilla incluido.

Se me olvidaba, la zona de incubación donde especialmente los niños "alucinarán" viendo los pollitos salir del cascarón, "en vivo y en directo".

Como para gustos hay colores, y sino que se lo pregunten a los papagayos de la zona cálida, particularmente tengo que decir que la visita me sorprendió gratamente, a pesar del desapacible tiempo. Pero los grandes protagonistas son los niños que pueden disfrutar corriendo junto a los animales a la par que aprenden en un entorno con una gran orientación didáctica.


PD: no olvidar la cámara de fotos en casa. Dejo alguna muestra lo que podremos fotografiar aunque los interiores y el pésimo día no fueron los mejores ayudantes.



viernes, 24 de septiembre de 2010

Oktoberfest: eins, zwei, drei, vier, fünf

Oktoberfest: eins, zwei, drei, vier, fünf, ... y algunos continúan la cuenta. Con ello me refiero al número de cervezas que van cayendo como postre de un día cualquiera en el Festival de la Cerveza que todos los años se celebra en Munich. Y digo bien postre, pues
por extraño que pueda parecer son las 15 y la fiesta ya ha empezado -hace un buen rato- en una de las mayores carpas del Oktoberfest, Lowenbrau.

Hoy luce un día espectacular y apenas queda ya un sitio aunque con el paso de las horas el efecto fiesta provocará que el metro cuadrado se expanda y las personas encojan.

En inglés, en español o en alemán, la cuenta de cervezas no para. Las enormes y robustas jarras de cerveza no detienen su desfile, chocando al ritmo Abba, Shakira, de todo lo que suene y que seguirá resonando en la cabeza por unos días más.

Poco a poco el ambiente se caldea según caen las cervezas, por cierto, servidas en jarras de 1 litro que requieren su especial técnica y con de una graduación superior a la habitual, lo cual seguro acabará notándose.

Pasadas las horas, la fiesta sube medio metro el nivel. 10000 personas dentro de la carpa poco a poco cambian asiento por pedestal y empieza la fiesta a medio metro del suelo. Parece increíble como pueden -¿podemos?- mantener el equilibrio a estas alturas. Y el espectáculo sigue a golpe de látigo.

Es hora de recuperar energías con unas salchichas o codillo de la zona. Aunque la cerveza es considerada alimento por estos lares el alimento sólido es bienvenido/necesario pasadas unas horas, ya con el bíceps notando los excesos.

Americanos que hablan de fúltbol, traductoras de inglés español, japonese/as -como siempre- cámara en mano y boquiabiertos, de todos los gustos y colores pero sobre todo gente pasándoselo bien. Eso sí, sin cabida para los excesos "no legales", siempre bajo el control de la seguridad. Que se lo pregunten a "Mario Bross" que nada más quitarse la ropa fue desalojado por una docena de guardias de seguridad. Nada recuerda a la imagen seria de los alemanes, Bavaria is different!

Cae la noche -sobre las 22- y las carpas cierran, aunque siempre puede seguirse en los pubs que parecían ocultos durante el día. Colas en los pubs que permiten localizarlos fácilmente, riadas de gente camino del metro son muestras de los últimos coletazos de una fiesta que mañana seguirá y repetirá para muchos muniqueses. ¡Qué tres semanas!

Fin de noche. La maldita globalización parece que ha extendido el fácil asalto al turista: ¡120 euros! por un taxi que apenas sobrepasa los 60. ¿Quién esperaba regatear en Munich?. Que siga esperando en la cola o que sean otros los que caigan. Alejándose unos metros de la zona todo vuelve a su curso, y precios normales.

Fiesta única y con un ambiente muy sano, aunque suene raro al girar todo entorno a la cerveza, que rompe con muchos estereotipos alemanes.

No hay que perderse el Oktoberfest en las últimas semanas de todos los septiembres.

jueves, 19 de agosto de 2010

Oviedo: ¡qué guapa yes!

Paseo veraniego por el centro de Oviedo: ¡cada día más guapa!.



PD: "Si una imagen vale más que mil palabras", ¿cuánto vale una presentación como ésta?

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miércoles, 4 de agosto de 2010

El Gran Viaje Rojo: sueño cumplido

Esta vez no me refiero a un viaje tradicional, ni a la China comunista ni a Rusia.

No llega a cinco minutos pero es uno de los "cruceros" que muchos aficionados al motor han deseado: viajar al volante de un Ferrari.

En la foto cinco ferraris o lo que es lo mismo:
  • Más de un millón de euros
  • Más de 2000 caballos
  • Más de 300 Km/h, o eso dice la descripción técnica -a tanto no llegamos-.
  • Ante todo, y que no suene cursi, Millones de ilusiones cumplidas
La primera impresión al sentarse es la sencillez de su interior, que contrasta con cada detalle de su exterior: sus impresionantes frenos, su motor, sus escapes, su difusor, ... y como no, su rojo FERRAAAAAAAAAAAAAAAAARI.
Levas presionadas, botón de encendido y empieza el concierto. Una pena que los escapes estén silenciados debido a las restricciones de sonido del circuito. No importa pues llega la lluvia de nuevas sensaciones con sus 500 CV empujando sin notar el desniveles como la Rampa Pegaso o sus impresionantes frenos parando el coche en nada.

Qué corto se hacen las dos vueltas, especialmente con la recta principal "maquillada" con una chicán que no permite comprobar si las especificaciones técnicas estaban en lo cierto.

Y ante la pregunta que todo el mundo hace, ¿qué velocidad alcanzaste?. Sinceramente el velocímetro no se encuentra dentro del campo visual cuando te pones por primera vez al volante de esta maravilla. Sino que se lo pregunten a la compañera que decidió darse la vuelta a modo de paseo a 50 Km/h, quizás es la persona que más disfrutó (mentira!!!).

Formula GT lo organiza por unos 100 euros por dos vueltas, al menos tarifa en el circuito. Aquí se pueden consultar las próximas fechas, merece la pena la oportunidad de darse este capricho único en la vida. Apuntad: ¡es un buen regalo!

sábado, 31 de julio de 2010

La Granja de San Ildefonso (Segovia)

Desde mi primera visita al Palacio de La Granja de San Ildefonso he tenido el gusanillo de ver el jardín con sus fuentes en funcionamiento y, por fin, hemos tenido suerte. Después del corderito de rigor en Torrecaballeros, en la taquilla del Real Sitio nos comentan que esta noche se encienden la fuentes a las 22:30. Al final, se quedó en una, la de los Baños de Diana pero más que suficiente.

El parador una auténtica delicia, con unas instalaciones -piscina, spa, padel cubierto, etc- que permiten disfrutar de un merecido descanso. No me puedo olvidar de algo que por mil veces dicho no debe repetirse: exquisita su gastronomía.

Ya sólo queda verlo nevado.

jueves, 13 de mayo de 2010

"Hoy Voy al Tenis" a ver a Federer

Si hace unas semanas, la sorpresa fue disfrutar del número UNO de la ópera, Plácido Domingo, toca como dicen las entradas "Hoy Voy al Tenis". Nada mejor que otra primera vez, disfrutando de otro número UNO: Roger Federer.
El atasco de entrada se olvida rápidamente sólo con ver las impresionantes instalaciones -¿despilfarro o privilegio para Madrid?.
Hoy la Caja Mágica está ya cerrada por la amenaza de tormentas. Es una pena no poder ver el magnífico techo móvil en acción.

Y empezamos la jornada de noche con el partido de las chicas donde Jelena Jankovic no da tregua a nuestra Anabel Medina. El directo supera a la TV y quizás lo primero que impresiona es el físico de las jugadoras -¡no pensemos mal!-, en particular la musculada espalda de Jelena y no menos las piernas de Anabel. Pero rápidamente la atención se centra en la potencia de golpe. Increíble la velocidad de la bola que a veces casi no permite ni apreciar el lugar de bote. No sorprende los problemas de cuello que suelen padecer los jueces de silla.
Si la pista de tierra es la superficie lenta, ¿cómo será ver un partido en hierba?.

Y llega la hora de Federer contra su compatriota Stanislas Wawrinka.

Empieza el partido con la falsa esperanza de poder disfrutar de un encuentro largo tras la rotura de Wawrinka en el primer juego. Rápidamente Rogelio, como le gritan desde las gradas, empieza a demostrar porqué es el número UNO:

Qué saque !!!!!
Qué derecha !!!!
Qué revés cortado !!!!
Qué control en la dejada !!!!
Qué potencia de golpe !!!!
...
pero sobre todo, qué elegancia !!!
Pero, ¿qué es lo que no hace bien?. Todo parece sencillo hecho por él.

La esperanza dura tan poco como el partido. Paliza de Federer y a la siguiente ronda "sin despeinarse".

PD: cómo no, desfile de famosos por el recinto. La infanta, ex jugadores del Madrid, Tiriac de profesión padre -33 hijos- y millonario , ...

sábado, 24 de abril de 2010

Milán Sábado: ¡Grande!

Milán nunca aparecerá entre las ciudades recomendadas masivamente. Ciudad a veces hasta denostada y olvidada posiblemente debido a sus "pocos" monumentos. Bajo mi punto de vista, esa no es la realidad. Esta imagen preconcebida se viene abajo rápidamente sólo con pararse frente al Duomo y girar 360º.

Es una ciudad para pasear y disfrutar con tranquilidad, recorriéndola sin prisa en sus antiguos tranvías o paseando por sus calles repletas de gente ávidas de comprar último modelo. Si el objetivo es ir marcando y acumulando en un mapa los monumentos visitados, creo que Milán se vería en menos de un día pero sin poder disfrutar del contacto con la ciudad y su ambiente.




Y el Duomo. No tiene desperdicio se mire desde donde se mire:

Frente. Con su majestuoso fachada llena de delicados trabajos de talla y como no, los pícaros atrayendo las palomas para lo turistas (ojo con ellos).
Posterior: con sus calles comerciales repletas de milaneses siempre perfectos y a la última moda.
Derecha. Con el palacio
Izquierda. Con la señorial Galeria de Emanuele II
Arriba. Llega la decisión, ¿escalera o ascensor? No suele existir duda salvo lesión: escaleras. Es quizás, la vista a su tejado lo que le diferencia de otros templos y aporta el toque especial por la proximidad a gárgolas, etc.
Interior. Es un espacio que parece romper las limitaciones físicas marcadas por sus paredes e increíbles vidrieras.

Después del deporte de ascenso y descenso de escaleras, toca un merecido descanso y nada mejor que Rinascente para sentarse junto al Duomo. Si en Japón algunas delicatessen sorprendían, aquí no es menos, donde un vinagre puede superar los 100 euros.

Galería Vittorio Emanuele II, todo lujo, todo diseño, todo esplendor, .. y sin que falte el Made In Spain a través de nuestro clásico Lladró.

Volviendo a Corso Emanuele, galerías repletas de ávidos compradores de moda, aquí a los precios vuelven a ser terrenales. En una calle paralela, aparaece la tienda oficial Ferrari con precios Ferrari pero santuario para los que nos hemos vuelto recientemente más ferraristas/alonsistas. Allí pueden encontrarse objetos como el coche de la temporada 2009 o un espectacular motor con sus diez cilindros y componentes de carbono, campeón con Michael Schumacher.

La tarde se puede pasear tranquilamente por la Trienale si nos hemos olvidado un punto indispensable en los preparativos de un viaje a esta ciudad. Una de las primeras tareas preparando el viaje a Milán, casi incluso antes de comprar el billete, es reservar la entrada para visitar La última Cena de Leonardo Da Vinci. Desafortunadamente y pesa a la anticipación esta semana fui imposible al celebrarse la Semana de la Cultura en Italia. Tendremos que quedarnos con visitar la Iglesia de Santa María de Grazie.

Cambio de tercio. Hora de un recorrido gastronómico.

Creo que por todos es conocido o hemos oido hablar del gelato -helado- italiano. En Milán junto a plaza Cadorna, Chocolat, lo sube a otro nivel de la gastronomía -un poco exagerado pero al que le guste el frío postre me entenderá-. Este nirvana alcanza su culmen para los amantes de los derivados del cacao -con seis variedades de chocolate negro-, la nutella, etc.
Incluso algunos lo sitúan entre los mejores 10 restaurantes de la ciudad. Personalmente tampoco tendría duda.

Cena a la española con el partido del AC Milán en la tele en Le Specialitá y con el camarero más preocupado por el resultado que por los platos: ¿cultura latina?. En la pizza Pescatore, casi no se llegaba a ver la masa cubierta por frutos di mare -mejillones, almejas, calamar, marisco, ...- que llenaron un plato con sus cáscaras.

Un bien sitio para comer es Brera, la recuperada zona céntrica de Milán. Para algunos la número 1, Sibilla es la tradicional pizzería de mantel de tela roja, servilleta de papel, mesa compartida, precios asequibles pero pizzas con el sabor tradicional.
Justo frente al anterior un renovado y más refinado restaurante, Convivium, es otra buena opción aunque a un precio superior. Buenísimo el risotto con pescado -romo?- y no menos el tiramisú.

miércoles, 21 de abril de 2010

Milán Plácido Domingo. El día de las casualidades

Nunca lo hubiese creído: primera ópera y quizás en su templo por excelencia: el Teatro de la Scala, y con el más grande: Plácido Domingo.

Todo ello se ha debido a una serie de casualidades que no tienen desperdicio:

1. Esta semana una conferencia nos lleva a Milán aunque con un importante contratiempo: el caos aéreo en Europa provocado por el volcán del glaciar Eyjafjällajokull en Islandia. Los aeropuertos de Milán, Malpensa y Linate, permacenen cerrados lunes y toda la mañana del martes. Vuelo cancelado el lunes pero aparece un billete con Alitalia para la mañana del miércoles. Dudas hasta la puerta de embarque, pero sale sin problemas y para mi sorpresa, casi vacío. ¿Miedo a volar?.

2. Después de las primeras conferencias, casi vacías, paseo por Milán y en las puertas del teatro no hay duda: hoy hay ópera. Elegancia italiana en las puertas de acceso al teatro, y nosotros de vaqueros.

3. Son las 20, hora de comienzo de la función. Nos acercamos a las taquillas y para nuestra sorpresa aún quedan entradas en lo alto del teatro -Galería 2-. No se pueden perder estas oportunidades: ópera Simón Boccanegra. Ascensor hasta el último piso del teatro y llegamos a nuestras localidades en el "techo" del teatro.

Pero las casualidades no acaban ahí.

4. Parece que el tenor principal es el gran Plácido Domingo. No hace mucho se publicaba en prensa la operación de Plácido Domingo. ¡No puede ser!. Afortunadamente se ha recuperado y seremos de los privilegiados en asistir a una de sus representaciones.

Casi imposible seguir el argumento de Simon Boccanegra salvo por los diálogos de
"Figlia!" - "Padre!!"
Tanto es así, que al final del primer acto y pensando que todo había acabado después de la ovación, recorrimos y disfrutamos tranquilamente del colosal teatro probando alguna de sus 2000 localidades. Pero ¿por qué la gente no se va?, ¿colas en el bar?. ¡Qué tranquilidad para desalojar!, tan lejos del caos de la circulación milanesa. Fácil, la respuesta estaba en el programa: aún quedan dos actos.
Espectacular la puesta en escena del senado.

5. Penúltima casualidad, la pareja a la que le pregunté en facturación de Barajas si era la cola para Milán y que viajaba en el avión, también estaba en la ópera. Envidiable disculpa para acercarse a Milán.

6. Y última casualidad. El sábado el aspecto de la Scala cambió totalmente. Toda la plaza protegida con vallas, con caribinieri y fuerzas especiales rodeándola, sólo puede ser motivada por una cosa: ¡Silvio Berlusconi está aquí!, nuevamente dando la "cara". Esta vez han aumentado la distancia de tiro, no vaya ser que alguien se acerque al auténtico Duomo y le arroje una piedra catedralicia.

sábado, 3 de abril de 2010

Japón Día 16. No debería existir

Este blog debería concluir el día 15. Debido a los retrasos, no hemos llegado al vuelo de conexión con Madrid, así que partimos hoy a las 9.


Puntuales despegamos para Madrid con un anuncio de retraso de 30 minutos pero todo es ya relativo después del viaje Tokio-Munich. Ni importa el retraso, ni se notan las más de dos horas de vuelo.

Magnífica vista desde la ventanilla de los nevados Alpes que protegen la región bávara.


Por fin en casa con un poco de jet lag y una novedad en la TV que nos devuelve a la realidad:


La programación de TV Analógica ha dejado de emitirse por este canal


¡Lo que cambian las cosas en 2 semanas!. Ahora sí, podemos cerrar el viaje.



viernes, 2 de abril de 2010

Japón Día 15. Caos ¿afortunado?

Ya empezó mal el día. Hoy era la última oportunidad para visitar el mercado del pescado, Tsukiji pero el nivel de cansancio lo imposibilita. Es una realmente pena aunque puede servir de disculpa para un nuevo viaje a este país.

Mal día para las excepciones que confirman la regla. No ha fallado ni un sólo tren en todo el viaje y hoy toca el caos. El Narita Express, que como su nombre indica es la línea rápida al aeropuerto va a paso de tortuga.
¿Qué está pasando?
.
Un anuncio, empieza a informar de retrasos en gran parte de las línea de JR y finalmente muestra
"JR and police are on alert"
El tren se para. Y empiezan los nervios pues a pesar de salir con cuatro horas y media empieza a acumularse retraso. La señal de posición está a dos luces del aeropuerto y nuevamente se para. Ya son las 11:30 y el avión sale a las 12:25. Parece que tenemos que esperar la salida de un tren para poder acceder. ¡Sudores!

Al final, a la carrera y arrollando con todo lo que se ponía por delante, barreras de acceso incluidas, llegamos con 40 minutos para despegar al mostrador de facturación. Closed !!! Que no cunda el pánico nos comenta la azafata de tierra con su "Don´t worry". No sabe los nervios que hemos pasado en ese tren.

Lo que puede ser una mala noticia se convierte en toda una alegría, el vuelo está retrasado con lo que podemos facturar y embarcar tranquilamente. Parece que los fuertes vientos han desviado el avión a Osaka y hasta las 15 no podremos despegar.

Con ello una última oportunidad para gastar el saldo de la Suica que no hemos podido devolver y también para deshacernos de los yenes restantes.
El área de duty free refleja lo que hemos dejado atrás: lujo, artesanía y electrónica en una tienda que por supuesto lleva el "original" nombre de Akihabara.
Por fin se confirma la salida para las 16, lo que significa que el vuelo de enlace a Madrid está perdido. Aquí no informan de opciones y remiten a destino. Veremos lo que pasa en Munich.

Después de la tensión vivida, el vuelo se hace hasta corto, con tiempo para pensar en nuevos viajes y en particular Milán, única ciudad de la lista de más visitables de Lufthansa que nos queda en la agenda.

En Munich se diluye la tensión. Sin ningún problema, todo estaba resuelto. Salimos mañana a las 9 y nos alojan en el Sheraton a diez minutos del aeropuerto. Después del estresante día, Munich ya parece nuestra casa y no importa pasar la noche y así, descansar un poco.

PD: a la vuelta nos comentan que Tokio fue un caos, con muchas líneas de tren suspendidas y vientos por encima de 100 Km/h. En los últimos 40 años no se había producido una situación similar. Lo dicho, mal día para excepciones.

jueves, 1 de abril de 2010

Japón Día 14. Un día de altura para la despedida: Shinjuku y Shiodome

Tranquilo desayuno para coger el metro fuera de la hora punta y así sin agobios hasta la parada de Shiodome, nueva zona de desarrollo en la desembocadura de la bahía. Allí, nos encontramos lo máximo en baños, al menos visto por nosotros. Dentro del showroom de Panasonic exponen un sanitario ¡con reposabrazos!.
En la parte posterior del rascacielos y rodeado de inmensos edificios, una réplica de la primera estación de Tokio, destruida por un incendio a comienzos del siglo XX.

Vuelta al complejo, que recuerda en sus bajos a la zona de Azca en Madrid aunque más nueva y limpia, el edifio Caretta -tipo de tortuga que es la imagen del centro- ofrece acceso gratuito a las plantas 46 y 47. La vista de la bahía de Tokio, Odaiba -isla artificial con el singular edificio de Fuji TV- o el puente de Tokio es magnífica.
Permanecimos solos durante más de veinte tranquilos minutos disfrutando de la panorámica del sur de Tokio.

Visita al parque Hamarikyu que habíamos "sobrevolado" desde el edificio Caretta, con su lago rodeado por campos de flores amarillas y cerezos floreciendo. Pero la imagen más llamativa podría ser la casi perfecta pared de fondo que forman los nuevos rascacielos de la zona.

Y seguimos con las grandes construcciones. Nos queda otra de las más representativas, la Torre de Tokio, inspirada/copiada de la Torre Eiffel, aunque con unos más que llamativos colores blanco y naranja. Nos acercamos caminando (30 minutos) al templo Zojiji a la hora de la comida, lo que se traduce en un agradable bullicio causado por la gente de las oficinas de la zona. Algunos portando fiambrera en mano izquierda y cámara en derecha. Allí, la vista ofrece el contraste de lo tradicional frente a la modernidad representada en la torre.

Han sido muchos días en la zona pero aún no conocíamos el Shinjuku de día aunque la noche, desde luego, no tiene desperdicio. Empezamos por la zona oeste, marcada por sus grandes edificios de diseño y subimos a la segunda de las torres del ayuntamiento. Espectacular tanto de día como de noche. En el ascensor, se repite la sensación de la mañana en los tímpanos debido al rápido descenso de las más de cuarenta plantas -nombre médico barotrauma-.

Seguimos nuestro paseo con otro vecino del ayuntamiento, el hotel Hyatt, famoso por ser centro de la película "Lost in Translation". Película del todo recomendable como preparación de viaje a Tokio. Formas diferentes, capricho de arquitectos, para cerrar el turismo de altura.

Un nuevo recorrido por Isetan, en este caso acompañados por una amiga japonesa que nos explica en detalle cada producto, acrecienta aún más la atracción casi imparable que causan estas enormes delicatessen. Se entiende el consumismo japonés. No se puede parar, así que añadimos sopas, nuevas galletas de sabor a marisco, dulces, etc. Pero sin lugar a dudas uno de los puntos de mayor choque es el expositor de la carne. Carne producida por ternera atendida con especiales cuidados y al estratosférico precio de ¡500 €/kg !

Tenemos la oportunidad y el placer de ver Marunouchi, en una noche clara y despejada, desde una de las imponentes oficinas de esta zona. No deja de impresionar el Tokio nocturno.

Y toca despedirnos y para ello una de las mejores comidas del viaje en un teppanyaki del Shin Marunouchi Building. Foie, vieira y una carne que prácticamente se deshacía cual mantequilla. Que me perdonen pero ¡pecado mojar en salsa de soja esta manjar!

Todo un placer para los sentidos para concluir el viaje.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Japón Día 13. Delicado y lujoso Japón

Hoy el día tendrá tres partes: la turística, las compras o "shopping" y la nocturna.

EL TURISMO
En todos los viajes siempre aparece un desafortunado clásico: el andamio. Nos habíamos librado por poco en Himeji ya que el castillo empieza obras por varios años, pero no podía fallar. La estación de Tokio está completamente protegida. Nos tendremos que quedar con el recuerdo de su "original" o fuente de inspiración, la de Amsterdam, que por cierto también estaba de obras cuando la visitamos.

El primer recorrido nos lleva al disdtrito de Maranouchi con sus elegantes edificios, entre los que sobresale el acristalado Forum Internacional de Tokio. A pocos pasos cambio radical de entorno con el jardín y el Palacio Imperial, donde viva la familia real japonesa.

Recorrer Ginza recuerda en cierta manera a recorrer la Quinta Avenida, en una palabra: lujo. Buena muestra es un kimono expuesto por valor de 2,3 millones junto a las "típicas" tiendas de Cartier, Tiffanies, Hermes, Louis Vuitton (parecería que no hay japonesa que se precie que no tenga un bolso de Vuitton), etc.
Y llega uno de los momentos más esperados de un viaje a Japón: las últimas novedades tecnológicas. Uno de los mejores exponentes es el Showroom de Sony con una buena muestra de "cacharros" que aún no han salido al mercado. Por ejemplo un móvil de Sony Ericsson similar al Iphone o al Nexus One, con una cámara de 8.1 Megapixels o la esperada televisión Bravia 3D donde parece que los futbolistas te abrazan al marcar un gol.
LAS COMPRAS
Y empezamos la operación "shopping". Empezamos por Wako con su sencillo a la par que elegante escaparate reflejo del lujo que guarda este edificio corazón del distrito de Ginza.
Primera parada en Matsuya Ginza frente al Apple Store -¿de qué me suena?- y primera compra de cuencos lacados para sopa. Los cinco minutos que la dependienta dedicó a envolver con exquisito mimo los regalos era para grabarlo en video pero estábamos con la boca abierta. Papel cebolla, cartón protector cortado al milímetro y cruzado sobre las tazas para formar una especie de caja, papel de regalo perfectamente colocado, cinta de regalo del color elegido y no acaba ahí, nueva protección de plástico de burbujas para evitar que los lazos se puedan estropear en el viaje.
Parada reglamentaria para comer en el mismo centro comercial en uno de sus restaurantes de sushi . Seguimos comprando algún kimono.
Pero todavía hay más, Mitsukoshi Planta 8, caja lacada que se precipita sin vértigo en la mochila. A la vuelta nos enteramos que también está presente en la centenaria Gran Vía de Madrid.
Tiempo de dar un poco de descanso a la tarjeta y visitamos el teatro Kabuki-za.

Cogemos el metro hasta Shibuya. Vaya sorpresa, al salir de la estación aparece el cruce más famoso del mundo que por error pensábamos habíamos visto en Ginza.
En un cruce de varias calles se forma un cuadrado en el cual se puede pasar de calle a calle por las diagonales o cualquier arista. De ahí la sensación visual que causa.
La zona es un hervidero de gente, donde no puede faltar algún turista que parece sentirse liberado de todo sentido del ridículo. En Shibuya se mezcla de tiendas de marca con otras un poco más modernas (raras?). Hasta nuestro mejor representante en el exterior, Zara, está presente con diferentes formato de tiendas de ropa de "lujo" y más "casual" con las minifaldas que plagan las calles.

En la puerta de la estación nos encontramos con el equivalente al Oso y El Madroño de Madrid, el perro Hachiko que esperó durante años a su amo delante de la estación y que hoy en día se ha convertido en el punto de cita de miles de personas. Merece la pena leer la historia de este perro que da nombre a la principal salida de la estación.

Vuelta a Shinjuku para rematar las últimas compras, empezando por Takashimaya. En ella compramos una tetera japonesa. Y mejora el proceso. Mientras te la desempaquetan, te la muestran pieza a pieza, te la envuelven y te cobran, te invitan a esperar tranquilamente sentados. ¡Se agradece!.

Fin de la segunda fase del día en Tokyu Hands con otra curiosidad: unos cuchillos de cerámica de Kyocera un poco más baratos (20-30%) que en España.
Regreso al hotel y caemos en la tentación de probar los donuts de "Krispy Kreme", cadena americana que no tenemos en España. Desde el día que llegamos siempre existía cola en su puerta, así que no podíamos dejar de probarlo. Con la pequeña línea de producción a la vista y aunque suene a tópico, los mejores que he probado.

LA NOCHE
Tercera parte del día. La noche, sin copas, alrededor de Shinjuku.
La animación es tremenda también en el oeste de Shinjuku. Antes de nada, hacemos una última parada en Yodobashi para ver objetivos pero los precios son similares a España. Aún el yen está fuerte.
Para cerrar el día subimos al edificio del ayuntamiento, famoso entre otros, por el tremendo coste que no van a cubrir con el precio de la entrada (gratuita). La espectacular vista panorámica desde su torre Norte, abierta hasta las 23, cubre todo Tokio. Allí, me invitan gentilmente a retirar el pequeño trípode. Adiós a las fotos por hoy.

martes, 30 de marzo de 2010

Japón Día 12. Por tierra, aire y agua: Hakone

Al menos Tokio amanece con un espectacular día que esperemos se traslade a Hakone, ciudad balneario y una de las mejores zonas para disfrutar de las vistas que ofrece el Monte Fuji (Fuji-san).
Ayer, compramos un pase (5000 Y) que nos permitirá utilizar medios de transporte terrestres -tren, funicular y bus-, acuáticos -barco- y aéreos -teleférico- para recorrer la zona.

Después de una hora y media en el Romance Car -se paga un complemento pero es más rápido, cómodo y directo-, se confirma el pronóstico del tiempo con un espectacular cielo azul, aunque con una agradable sorpresa: un manto blanco cubre todo. Esta pasada noche ha nevado.

Todo el día gira entorno al Monte Fuji, con un recorrido que parte y termina en la estación de Hakone-Yumoto. Sin embargo otro entrañable personaje de la infancia aparece en el viaje. Dentro del folleto hay un juego ¿para niños?, donde se estampan en los puntos del recorrido sellos con la imagen de personajes de nuestra querida Heidi: el abuelo, Pedro, Clara, Blanquita, Niebla... -ya no me acordaba de su nombre pero no hay nada que Google no solucione-.


El abuelo en Hakone-Yumoto
Todo perfectamente organizado. Bajar del Romance Car y basta cambiar de andén para subir a un pequeño tren de montaña que nos espera, el Tozan Railway. Nos va subiendo lentamente hasta la estación del funicular. Con la altura, la capa de nieve va creciendo en espesor y también el frío.
Es curioso como en alguna de las estaciones el tren retrocede y cambia de vía para continuar por una nueva rampa.
En el camino se queda el Museo al Aire libre donde hoy se podían ver, o mejor intuir, algunas esculturas totalmente cubiertas por un fino manto de nieve.

Pedro en Gora
La estación de Souzan es una réplica de un edificio de los Alpes suizos, incluida su típica campana. Aquí no hay más remedio que esperar la siempre perfecto y bien organizada cola, con suerte al calor del sol.

Y tomamos el funicular para escalar los Alpes japoneses enlatados como sardinas. Pero aún entraban más y así lo comprobamos en las dos paradas intermedias que hizo antes de llegar a destino.

No podía faltar, en la misma lata, españoles y más concretamente de Madrid. Casualmente han hecho el mismo recorrido, lo que empieza a confirmar que ha sido una buena elección.


Blanquita en Owakudani

Cambio al medio aéreo: teleférico .Ohhh! Por fin aparece el esperado Monte Fuji.
Primera parada del día en Owakudani, famoso por sus, textualmente, "saludables" huevos negros. Este color se produce al ser cocidos dentro de las fumarolas volcánicas que existen en la zona. Dicen que mejora la salud y alarga la vida, así que caen un par de ellos (5x500Y) que venden en medio de la zona de fumarolas entre el olor sulfuroso que se desprende de las fumarolas hoy ocultas debajo de la nieve.


Pocos lugares en el mundo deben consumir tantos huevos, ni tan siquiera las fábricas de tocinillo del cielo de Grado.
Por cierto, las vistas desde este punto del Monte Fuji son magníficas.

Continuación en teleférico hasta el puerto de Togendai, donde con mala suerte nos quedamos cortados en la cola por 5-6 personas, con lo que tenemos una espera de media hora hasta el siguiente barco.

Heidi en Togendai (Hakone Sightseeing Boat) por el lago Ashi
Por fin, la estampa de nuestra querida amiga de la infancia. Aquí cambiamos de medio, pasamos al barco que cruzará el lago Asahi. Muy ?, no sé como describir el barco pirata que nos llevará a la otra orilla del lago. Eso sí, los niños van encantados en él jugando entre los mástiles.
Hoy el paisaje es increíble -¿sinónimos de increíble?-, con los árboles nevados y el cielo impoluto que, a pesar del frío, invita a navegar en cubierta disfrutando del recorrido.
A estribor, el tupido bosque verdiblaco. A babor, templos con sus toriis vestidos de brillante naranja.

Niebla en Hakonemachi
Llegada al puerto y cómo no, búsqueda del sello.
Nuevamente la vista del Monte Fuji es increíble. Un día totalmente claro que, por lo que nos han comentado, no se suele dar.

Desde aquí, a unos cinco minutos andando está el Checkpoint (punto de control) rehabilitado de la línea Tokaido que unía Tokio y Kioto en el período Edo. En ella hay una reconstrucción de los equipamientos, incluidos los distintos retretes -casetas con agujeros en la tierra-, muy diferentes de los actuales e impactantes modelos de baño japoneses.
Lo mejor, las vistas desde la torre de vigilancia. ¡Cómo subía las escaleras la abuela! Nos asfixió.

Clara en Moto-Hakone y vuelta
Caminando con cuidado sobre la nieve llegamos al destino final, Motohakone-ko. Aquí ya tomamos el último medio de transporte del día, un bus, para volver al punto de origen por una carretera de montaña que vuelve a recordar un circuito con sus curvas perfectamente peraltadas.
Como casi todos los días, descartamos uno de los destinos, Hatajuku, pueblo con artesanía de madera.

Circuito competo y sellos conseguidos para un merecido premio consistente en una bolsa de tela con Heidi y sus "colegas" estampados.
Mala suerte. No quedan billetes para los dos próximos trenes rápidos (Romance Car) y eso que nos informaron que no era temporada alta y no habría problemas. Segundo fallo aunque éste tampoco importa mucho. Nos da una hora para un nuevo recorrido por las tiendas de Hakone donde por supuesto cae algo más en la mochila: las muñecas de madera que estábamos buscando. Después del viaje nos hemos dado cuenta que las hemos visto en casi todos los destinos, incluido el aeropuerto.

Ya de vuelta en Tokio, comienza la segunda parte del día.
Antes de caer derrotados por la larga jornada, volvemos a practicar el deporte consumista: recorrido por un par de centros comerciales situados en los alrededores de la estación de Shinjuku.
Al salir del tren, bajamos hasta el centro comercial perteneciente a la misma compañía. Es impresionante la sección de alimentación de Odakyu que no se puede describir con palabras, hay que venir a verla, olerla y probarla.
Lumiere 2 también en la misma estación.
Tamashimaya formado por espacios para marcas y con una buena sección de artesanía (teteras, palillos, cajas lacadas, etc). Tokyu Hands orientado a artículos del hogar, etc. Ambos localizados en el mismo edificio a cinco minutos de la salida sur (este) de la estación.

Vuelta rápida con algunas ideas para llenar los "huecos" de la maleta los próximos días.

lunes, 29 de marzo de 2010

Japón Día 11. La costa: Kamakura

No sabemos muy bien como ir a Kamakura, antigua capital y ciudad costera próxima a Tokio, pues hay varias alternativas (JR, Odakyu, ...). Salimos de dudas al comprar el Hakone Free Pass para mañana pues la misma compañía también ofrece un pase de un día para la zona.
No teníamos claro si continuar a Yokohama por la tarde, ya que estaba fuera del alcance del pase y tendríamos que cambiar a JR.

Otra hora de tren hasta la estación de Fujikawa y en el vagón vivimos otro ejemplo de la amabilidad de este país. Un chico americano vestido con camiseta de Harley-Davidson reconoce a un colega japonés por su gorra. Le pregunta por una tienda en Hiroshima donde comprar y a pesar de sus limitaciones con el inglés, y el japonés se desvive por tratar de entenderle y ayudarle. Incluso realizó alguna llamada. Al final todo concluye con intercambio de emails y una foto de familia en no más de veinte minutos.

Ya en la estación de Fujikawa, cambiamos de tren para recorrer la zona de Kamakura. Y primera parada con dos visitas:
El Gran Buda (Daibutsu), construido en bronce y amortiguado para evitar terremotos. De hecho soportó los maremotos que arrasaron el templo en el que residía.
Templo de Hase (Hasedera). Con un bonito jardín y donde se encuentra un pabellón rodeado de numerosas estatuas que pone los pelos de punta al enterarse que están dedicadas a niños muertos.

A travesamos Kamakura por su calle comercial o como la llaman "Shopping Town", nuevamente plagada de gente para llegar a Tsurugaoka Hachimangu, uno de los últimos templos del viaje. Por cierto, son las doce de la mañana, ¿cuándo trabajan aquí?
Volvemos por , un paseo central cubierto de farolillos y cerezos en flor, y rodeado por antiguas tiendas.
Otra entrada que se cae de la lista. Descartamos parar en la Isla de Enoshima.

Otros dos lugares se vuelven a caer de la lista de visitas de hoy: Kitakamura -ya un poco saturados por templos y santuarios- y la enorme ciudad de Yokohama, en particular su barrio chino y la zona de la bahía.

De vuelta a Tokio y con la disculpa de comprar ropa de abrigo para mañana recorremos el quizás uno de los mejores y más lujosos centros comerciales de Tokyo, Isetan. Seguro que volveremos.

Repetimos cena de tempura –más vale bueno conocido que mejor por conocer- pues el teppanyaki que intentamos en Shinjuku no admite sin reserva. Fue difícil localizar el teppanyaki pues la referencia del mapa, una tienda llamada “Don Quijote", se resistió. Después de dar mil vueltas, pasar por calles con locales rotulados con "Girls", apareció el local en un sótano pero con muy buena pinta.
Sin planificarlo un buen recorrido nocturno por el divertido Shinjuku Este.

domingo, 28 de marzo de 2010

Japón Día 10. Nikko: viento, sol, lluvia y la nieve que faltaba


No nos lo podemos creer, ¡está nevando!. En el llamado país del Sol Naciente hemos pasado por días de viento extremo – el último será el peor-, sol, lluvia y sólo nos faltaba la nieve -repetiremos más adelante-.

Adquirimos un bono de transporte para poder recorrer todo Nikko, incluida la subida hasta el lago Chuzenji, a unos 40 minutos aproximadamente del centro.
Nos bajamos del autobús en el puente sagrado, Shinkyo, sobre el río Daiya.
A dos minutos caminando, está el primer templo Rinno-ji con el pabellón de los Tres Budas. Algún que otro apretón, pues a pesar del mal tiempo, sigue siendo domingo y está plagado de turismo interno. ¿Cómo será en un sábado o domingo soleado?

Y llega la estrella del día, el magnífico santuario Toshogu. Cada elemento que contiene, almacenes, torres, puertas, pagoda compiten en belleza. Sin embargo, lo más significativo -seguro que no lo más valioso- son los monos labrados en la decoración del establo sagrado que representan diferentes etapas de la vida:

La madre oteando el futuro del hijo
La indeferencia
La expectación hacia el futuro
Y destacando entre todas las escenas, los tres monos sabios: el que no oye, no habla y no ve

Cerramos la primera parte del día vistando los santuarios de Taiyuin-byo con sus atemorizantes guardianes protegiendo las puertas de acceso y Futura-san.

Después de recorrer la zona de templos queda la segunda parte, la vista de la cataratas Kegon. 30 gélidos minutos de espera al autobús. Según se va subiendo por la carretera de montaña, la cosa se pone muy fea: no se ve más allá de 20 metros a causa de la niebla. Y llegados a la zona del lago Chuzenji se confirma: imposible ver las cataratas, así que nos quedaremos con una “audición” panorámica.
Es el único “pero” que se puede poner a los japoneses en el viaje, ¿cómo la mujer de la oficina turística no nos informó de que no se veía nada? Dos horas de carretera y frío para nada.

El hambre no aprieta mucho con lo que nos arriesgamos con comida vegetariana, típica de la zona, al ser la dieta de los monjes budistas que residen en ella. Pedimos el "set Yuba" formado por tofu - mejor en este segundo intento- y diferentes platos preparados a partir de yuba.
Vuelta a Tokio vía Utsunomiya, no sin antes disparar unas cuantas fotos al tren y a la elegante -hasta la máquina de bebidas está decorada- estación de madera, la más vieja de Japan Rail. Por cierto, el JR Pass nos finaliza tras siete ajetreados días en los cuales se ha amortizado sobradamente. Envidiable red de trenes y envidiables precios.

Exquisita cena a base de tempura (Tempura Zen) en el restaurante original de una cadena extendida por todo Tokio, Tsunahachi.