Y es Pizarro, quien primero nos saluda, orgulloso desde lo alto del caballo en uno de los puntos más representativos de la ciudad: su Plaza Mayor.
La Plaza Mayor ofrece una gran variedad de restaurantes aunque por las prisas elegimos una opción siempre seguro: el Parador.
En la tarde paseamos tranquilamente por sus calles, subiendo hasta el bien conservado castillo y haciendo parada en los pequeños museos del vestido.
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