Último día de viaje. Junto con una compañera nos acercamos a Mysore, ciudad jardín y segunda más grande de Karnataka tras Bangalore.En la ruta desde Bangalore, vamos parando en diferentes templos como Jumma Masjid o el palacio de oro lo que hace más corto el viaje. La vuelta de noche se haría más larga, toda una experiencia cargada de adrenalina que subía en cada adelantamiento.
El palacio de los maharajás es el primer punto de contacto con la ciudad de Mysore.
Tras dejar los zapatos en la entrada (no olvidarse los calcetines), la visita muestra nuevamente el contraste entre la dos indias: la rica, representada aquí por la clase noble y las castas inferiores.
Pero sin embargo lo que realmente destaca no son tanto sus monumentos sino el contraste cultural que aquí se pone de manifiesto. El colorido de los sharis inundan las calles y los mercados.
Subimos hasta el templo Chamundeshwari en Chamundi Hill
a unos 3 KM de Mysore y uno de los templos más famosos del Sur de India, donde volvemos a ser el toque exótico del lugar. La diferencia es tan grande que hasta llegan a pedirnos fotos. Sinceramente, creo que no por mi sino por mi compañera pelirroja de 1'80.
En la subida hasta el templo se pueden ver legados de la época colonial como el hipódromo que destaca en el paisaje de la ciudad.
El día festivo en India, permite convivir de forma más cercana, siendo minoría dentro de los visitantes que acuden a la zona.
El templo fue construido en homenaje a la diosa por vencer al diablo, representado a la entrada al complejo.
Vuelta a la ciudad para visitar una tienda de seda y hacer un poco de shopping antes del retorno a Bangalore para coger el avión que vía París me llevará de vuelta.
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