Primera parada: Madaba, la ciudad de los mosaicos. Su principal atractivo es el mapa-mosaico que se encuentra en la iglesia de San Jorge. Representa un mapa de los lugares sagrados como Belén, el monte Sinaí, etc y, que parece, originalmente tenía una longitud de aproximadamente 15 metros. Es un mosaico cargado de simbolismo y en un buen estado de conservación. Debido a la complejidad de abarcar el mosaico entero dentro de la iglesia es interesante conocer su distribución y símbolos a través de una explicación.

A pesar del carácter comercial imprimido en los viajes organizados, la visita a un taller ayuda a comprender las técnicas tanto antigua (por el lado oculto como moderna (por el lado visto) de fabricación del mosaico.
Madab, es uno de los lugares propicios para las compras, con pequeñas tiendas donde no puede faltar el regateo. En alguna cosa, llegamos a bajar hasta el 50% de lo pedido inicialmente y eso que no nos gusta este arte tan turístico.
Una pena no poder disponer de más tiempo para pasear tranquilamente por sus calles y así ver otros lugares de la ciudad que aparecen en el mapa.
Como es tradición y no puede faltar en todo viaje, este es el lugar cerrado por obras. El templo se encuentra cerrado. Sin embargo, la vista sobre la tierra prometida es impresionante.
Guía en papel y guía humano se contradicen sobre el origen del actual lugar. ¿Cedido o comprado por los franciscanos?
En el pequeño museo, pueden verse curiosas fotos sobre la reconstrucción emprendidado por los franciscanos.
En la cima del lugar y cargado de simbolismo se encuentra una escultura que simboliza el bastón de Moisés clavado sobre esta tierra.
La vista en alto desde el interior del autobús, llega casi a asustar.
Desde el mirador se ve un paisaje abrupto que rodea el valle y una serpenteante carrtera que permite cruzarlo. Son 18 km de "entretenido" curveo a izquierdas y derechas no apto para personas con vértigo, primero de bajada hasta la presa y posterior subida al otro lado del cañón.
Ya con los últimos rayos del sol, visitamos este antiguo castillo templario del que apenas queda rastro de sus torres pero donde aún se puede pasear por sus estancias y celdas.
Trae al recuerdo las películas de temática cruzada y "malvados" personajes, dependiendo del lado desde el que se mire, como Saladino.
La mejor vista del castillo la tenemos subiendo (foto) al palacio mameluco situado al final del mismo.
También he visto que algunos viajes incluyen en este día la visita a la pequeña Petra (Siq Al Barid), supongo que las jornadas más largas del verano facilitan esta visita.
Llegamos bastante tarde a nuestro hotel en Petra, Nabatean Castle. Es una pena no tener tiempo y energías suficientes para disfrutar de Petra de Noche.
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