lunes, 13 de agosto de 2007

Crucero Fluvial Francia. Día 4 La Rochelle Rochefort

Tomamos el tren a primera hora hasta La Rochelle donde la lluvia nos recibe con sus brazos húmedos y abiertos. Para pasar el chaparrón, esperamos en el muelle deportivo la apertura de la oficina de turismo que nos sorprende por su tamaño y bullicio. Quizás ya estamos acostumbrados a la tranquilidad de los pueblos recorridos y el sosiego de la navegación.

El paseo por el centro de La Rochelle es una sucesión de diferentes tipos de construcciones desde las casas con entramados de madera que rodea la plaza de construcción metálica, el ayuntamiento o las casa señoriales que salen a nuestro paso.
Antes de dirigirnos a la Garé de La Rochelle para tomar el tren de regreso, subimos a la Torre de Saint Nicolas donde no sé si quedarme con su interior o sus impresionantes vistas exteriores.

Camino de vuelta nos detenemos en Rochefort, donde el agua nos vuelve a regalar una nueva ducha. Como todos los turistas que estamos por allí decidimos visitar alguno de los museos de la ciudad buscando su protección. Ante la cola de nuestra primera opción La Corderie Royale, con su edificio de más de 400 metros, cambiamos por el Museo Marítimo Nacional (Musée national de la Marine).

Respiramos con tranquilidad al ver que el barco sigue en su sitio. El viejo amarre había resistido.

Fin de la ida. Emprendemos la navegación de vuelta en dirección a nuestro putno de partida, Jarnac, y atracamos en Port d'Envaux para pasar la noche. Clavamos las piquetas en el pequeño parque y nos damos una vuelta por el tranquilo pueblo.

Quizás la noche más bonita del viaje.

No hay comentarios: