Recogemos el coche de alquiler y preparamos una pequeña ruta por lo que se conoce como Isla Baja. Pero antes toca desayunar. Textualmente, nos perdemos por Adeje donde es día de mercadillo. Parece una pequeña babel con puestos y vendedores de mil países: italianos, alemanes, ingleses, jordanos, africanos, ... casi de todo menos autóctonos.
Reponemos fuerzas en uno de los puestos junto al mercadillo y reemplazamos el invierno de Madrid por verano en nuestro vestuario pues el sol empieza a "picar".
Poco a poco la carretera va complicándose, llegando el cúlmen en la bajada desde El Tanque a Garachico, primera parada del día. El mapa de carreteras no engañaba.
¿Quién decía temporada alta? La Oficina de Información en el puerto está cerrada. Al menos hay un mapa de los puntos de interés junto a ella.
En Garachico prácticamente dedicamos el resto de la mañana recorriendo sus principales puntos de interés:
- El puerto con sus vistas al Roque de Garachico, Monumento Natural
- Castillo de San Miguel junto a las piscinas naturales El Caletón
- Monasterios e iglesias
- Nobles casas como la de los Marqueses de la Quinta Roja o el Palacio de los Condes de La Gomera que recuerdan la historia de una de las más viejas ciudades de Tenerife.
- Exconvento de San Francisco y su patio de madera
- El jardín del Rincón de los poetas con su antiguo lagar.
Nos pedimos un pastel llamado "El Teide", mouse de chocolate negro con maracuyá en el interior. Exquisito, tanto es así que de vuelta al coche no pudimos resistir a un segundo, en este caso un mouse chocolate blanco.
Primera parada en el Mirador Don Pompeyo con dos vistas muy diferentes: a izquierda los acantilados y aerogeneradores; a derecha, vista de la riqueza agrícola y pricipal fuente de trabajo jutno al turismo en Tenerife.
Camino a Masca, nos cortan la carretera un pequeño "piquete" pacífico pidiendo dinero para las fiestas del pueblo de Las Portelas. Tal era su profesionalismo que llevaban una explicacón en varios idiomas.
Varias rutas parten desde este punto por el parque del Teno. La próxima vez el equipaje incluirá las botas de montaña y menos bañadores.
Masca, tierra de piratas. Aquí los mapas de carreteras de dos dimensiones se quedan cortos para representar el zigzageo constante para salvar el desnivel del valle.
Emprendemos camino de regreso, con la mala suerte de ir detrás de un pequeño autocar. No suele ser un problema salvo que en estas carreteras tiene que maniobrar en cada curva. Hacía años que no lo veía. Las vistas tanto desde ambos lados del valle como desde el centro son indescriptibles. La mezla de tonos marrones y verdes, especialmente con la puesta de sol, es preciosa.
Sólo 200 Km y más de 4 horas. Se comprende el porqué de la afición que existe en Canarias a los rallies.
Derrotados por la larga jornada que empezó a 2000 KM allá por las 4 de la mañana, buscamos el hotel Vincci Golf situado en la carretera de Los Abrigos (buen pescado). Pese al navegador (GPS) se resisitió un poco aunque no hay nada que la suerte y un par de llamadas solucionen.
Ha sido un día que, en cierta manera, nos ha cambiado totalmente la imagen del Tenerife de sol y playa por un más activo.
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