martes, 8 de diciembre de 2009

Tenerife Día 4: La Orotava, Icod de Los Vinos

Recarga de vitamina D en la piscina y bañito ¡ el 8-diciembre!.
Exceso de tranquilidad con lo que nos damos un paseo por el sendero que bordea la costa y por la tarde tomamos dirección a la coste Norte.

Inicialmente, nos paramos en el Casa del Vino La Baranda en Sauzal junto a la autovía pero es lunes y está cerrado. Siguiente parada el mirador de Humboldt pero tampoco damos con él y el navegador no ayuda mucho en estos casos. No empezamos bien la jornada.

La Orotava, otro ejemplo de la compleja orografía de la isla, menudo capricho de urbanistas.
Hoy, es día de puente y casi todo está cerrado. Ni oficina de Información para coger un plano, ni administraciones de lotería donde probar suerte para esta Navidad. Así que toca improvisar una ruta en la visita con, al menos, un objetivo claro: la Casa de los Balcones.

Al final aparece un mapa turísitico en las esquinas con una ruta casi indescifrable.
Menos es nada.



La Casa de los Balcones es la mejor representante de las casa balconadas de Orotava. Su interior visitable (2€), muestra la casa original incluídos su curioso retrete y los tradicionales orinales debajo de la cama.
En el patio los canarios, y me refiero a los pájaros, cantan desde una jaula reproducción de la casa.

El paseo por la ciudad, pendiente arriba, pendiente abajo es una sucesión de espectaculares casas balconadas, Hijuela del Jardín Botánico o iglesias como la de la Concepción con sus originales cúpulas.





Cayendo la noche, pasamos por Icod de Los Vinos para ver el famoso Drago. No es el primero que vemos pero indudablemente el más espectacular. La casa del Drago ya cerraba pero la vista desde el parque es increíble. Sus extraordinarias proporciones "asustan", más si cabe de noche, con sus raíces que parecen hacerle cobrarle vida como en los bosques animados.

No menos espectaculares, son los gigantes Ficus del jardín.
Damos un paseo, y por fin una administración de lotería abierta.

¡Esperemos que haya suerte!.

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