miércoles, 31 de marzo de 2010

Japón Día 13. Delicado y lujoso Japón

Hoy el día tendrá tres partes: la turística, las compras o "shopping" y la nocturna.

EL TURISMO
En todos los viajes siempre aparece un desafortunado clásico: el andamio. Nos habíamos librado por poco en Himeji ya que el castillo empieza obras por varios años, pero no podía fallar. La estación de Tokio está completamente protegida. Nos tendremos que quedar con el recuerdo de su "original" o fuente de inspiración, la de Amsterdam, que por cierto también estaba de obras cuando la visitamos.

El primer recorrido nos lleva al disdtrito de Maranouchi con sus elegantes edificios, entre los que sobresale el acristalado Forum Internacional de Tokio. A pocos pasos cambio radical de entorno con el jardín y el Palacio Imperial, donde viva la familia real japonesa.

Recorrer Ginza recuerda en cierta manera a recorrer la Quinta Avenida, en una palabra: lujo. Buena muestra es un kimono expuesto por valor de 2,3 millones junto a las "típicas" tiendas de Cartier, Tiffanies, Hermes, Louis Vuitton (parecería que no hay japonesa que se precie que no tenga un bolso de Vuitton), etc.
Y llega uno de los momentos más esperados de un viaje a Japón: las últimas novedades tecnológicas. Uno de los mejores exponentes es el Showroom de Sony con una buena muestra de "cacharros" que aún no han salido al mercado. Por ejemplo un móvil de Sony Ericsson similar al Iphone o al Nexus One, con una cámara de 8.1 Megapixels o la esperada televisión Bravia 3D donde parece que los futbolistas te abrazan al marcar un gol.
LAS COMPRAS
Y empezamos la operación "shopping". Empezamos por Wako con su sencillo a la par que elegante escaparate reflejo del lujo que guarda este edificio corazón del distrito de Ginza.
Primera parada en Matsuya Ginza frente al Apple Store -¿de qué me suena?- y primera compra de cuencos lacados para sopa. Los cinco minutos que la dependienta dedicó a envolver con exquisito mimo los regalos era para grabarlo en video pero estábamos con la boca abierta. Papel cebolla, cartón protector cortado al milímetro y cruzado sobre las tazas para formar una especie de caja, papel de regalo perfectamente colocado, cinta de regalo del color elegido y no acaba ahí, nueva protección de plástico de burbujas para evitar que los lazos se puedan estropear en el viaje.
Parada reglamentaria para comer en el mismo centro comercial en uno de sus restaurantes de sushi . Seguimos comprando algún kimono.
Pero todavía hay más, Mitsukoshi Planta 8, caja lacada que se precipita sin vértigo en la mochila. A la vuelta nos enteramos que también está presente en la centenaria Gran Vía de Madrid.
Tiempo de dar un poco de descanso a la tarjeta y visitamos el teatro Kabuki-za.

Cogemos el metro hasta Shibuya. Vaya sorpresa, al salir de la estación aparece el cruce más famoso del mundo que por error pensábamos habíamos visto en Ginza.
En un cruce de varias calles se forma un cuadrado en el cual se puede pasar de calle a calle por las diagonales o cualquier arista. De ahí la sensación visual que causa.
La zona es un hervidero de gente, donde no puede faltar algún turista que parece sentirse liberado de todo sentido del ridículo. En Shibuya se mezcla de tiendas de marca con otras un poco más modernas (raras?). Hasta nuestro mejor representante en el exterior, Zara, está presente con diferentes formato de tiendas de ropa de "lujo" y más "casual" con las minifaldas que plagan las calles.

En la puerta de la estación nos encontramos con el equivalente al Oso y El Madroño de Madrid, el perro Hachiko que esperó durante años a su amo delante de la estación y que hoy en día se ha convertido en el punto de cita de miles de personas. Merece la pena leer la historia de este perro que da nombre a la principal salida de la estación.

Vuelta a Shinjuku para rematar las últimas compras, empezando por Takashimaya. En ella compramos una tetera japonesa. Y mejora el proceso. Mientras te la desempaquetan, te la muestran pieza a pieza, te la envuelven y te cobran, te invitan a esperar tranquilamente sentados. ¡Se agradece!.

Fin de la segunda fase del día en Tokyu Hands con otra curiosidad: unos cuchillos de cerámica de Kyocera un poco más baratos (20-30%) que en España.
Regreso al hotel y caemos en la tentación de probar los donuts de "Krispy Kreme", cadena americana que no tenemos en España. Desde el día que llegamos siempre existía cola en su puerta, así que no podíamos dejar de probarlo. Con la pequeña línea de producción a la vista y aunque suene a tópico, los mejores que he probado.

LA NOCHE
Tercera parte del día. La noche, sin copas, alrededor de Shinjuku.
La animación es tremenda también en el oeste de Shinjuku. Antes de nada, hacemos una última parada en Yodobashi para ver objetivos pero los precios son similares a España. Aún el yen está fuerte.
Para cerrar el día subimos al edificio del ayuntamiento, famoso entre otros, por el tremendo coste que no van a cubrir con el precio de la entrada (gratuita). La espectacular vista panorámica desde su torre Norte, abierta hasta las 23, cubre todo Tokio. Allí, me invitan gentilmente a retirar el pequeño trípode. Adiós a las fotos por hoy.

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