Dentro de los presentes, Javi Villa, gran promesa del automovilismo asturiano y español. Es una pena pero no hemos podido probar en vivo sus habilidades, aunque alguna caja de cambio sí que lo ha sufrido.
Y primera prueba en el paddock: el Mickey Mouse. Es un circuito de conos, no muy largo pero muy virado y ratonero. Uno no tiene tiempo casi ni de pensar en el recorrido. Al principio, causa risas ver en compañeros los pitidos del claxón, las luces o el limpiaparabrisa encendido del Polo GTI (150 CV) pero cuando uno se mete en el túnel de conos lo entiende rápidamente. Las manos no paran de moverse buscando el vértice de la curva, la mejor trayectoria para atacar la siguiente. Todo adrenalina y emoción. Basta ver la cara de felicidad con la que se baja la gente del coche.
Aquí uno entiende el concepto de "manos" en el mundo de la competición.
En el descanso entre pruebas toca la curiosidad del día: el nuevo sistema de aparcamiento sin manos.
Y cambio total de terreno. Toca probar el Toureg pero fuera del entorno donde normalmente lo vemos. Espectacular el V10 con más de 300 caballos y un acabado de lujo. Pocas veces se tiene el privilegio de conducir un vehículo como éste y más en un entorno así.
Subidas imposibles, laderas con ángulos que no creas que pueda atacar, agua por encima de las ruebas, escalones, pozos, vamos concentración de "perrerías" y sin ningún problema.
Resumen de la jornada:
150 + 313 + 250 = 713 CV en tres coches !!!!
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