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sábado, 22 de marzo de 2008

Viaje a Bretaña. Día 6

De vuelta a Madrid.
Antes de comenzar el largo camino de vuelta, nos quedaba una última compra: conservas de la zona. Decidimos llevar la contraria a Peter, que nos lo había desaconsejado, y visitar la península de Quiberon.
En dirección a Quiberon, sorprende a mitad de península el istmo de apenas 200-300 metros de ancho que la une a tierra, ¿cuántos años de evolución la convertirán en otra isla?
La verdad es que Peter tenía razón es una zona eminentemente turística pero donde pudimos ver gente mariscando y practicando curiosos deportes como la vela sobre ruedas.

Después de un par de tiendas cerradas por ser sábado, afortunadamente nos encontramos con una abierta, La Belle Iloise, donde compramos algunos regalos para la familia (surtidos de conservas y sopa) y nos aprovisionamos de conservas para los próximos meses: sardinas en diferentes sabores, bonito, patés y después de dudarlo, incluimos sopas de pescado. La tienda tenía una gran variedad de productos y no fue fácil escoger. Aunque teníamos muchas dudas con las sopas, después de probarla ayer hay que decir que fue un acierto. Por cierto, acabo de comer una tostada untada con uno de los paté y está buenísimo.

Iniciamos el regreso un poco más tarde pues la tienda abría a las 10 y nos habíamos perdido un poco entre toda la variedad que nos ofrecía.
Paramos en Burdeos (Bordeaux) para comer algo rápido en un McDonalds que se encuentra justo en una de las salidas de la circunvalación, no tiene pérdida. Parecía España ya, bastaba con escuchar al rededor.
Algún peaje más (creo que sobre los 60 euros en total) y unas cuantas horas de viaje para llegar por fin a casa. Se hicieron más largas debido al mal tiempo, sobre todo por Burgos, donde estaba nevando.

Vuelta a España después de cinco maravillosos días recorriendo esta tierra llena de leyendas y lo que creo más destacado: un perfecto equilibrio naturaleza-hombre.

viernes, 21 de marzo de 2008

Viaje a Bretaña. Día 5

Empezamos en Benodet pequeño pueblo que veíamos desde nuestra habitación del hotel. Pueblo turístico con bonitas playas pero creo que no para visitarlo en invierno. Eso sí, la vista del hotel desde el otro lado de la ría merece la parada.

Seguimos por la costa hasta Concarneau (foto de arriba). Justo al bajar del coche nos cae la primera y única tormenta del viaje. En este sentido no podemos tener queja del tiempo, frío como corresponde a la época pero sin lluvias.
Ville Close, su parte histórica, parece una pequeña ciudad dentro de Concernau.
¿Te mareas en barco? Aquí tienes la oportunidad de probar el crucero más corto del mundo, sólo 2 minutos y creo que la mayor parte del tiempo es para amarrar.

Pont-Aven situado en la desembocadura del río Aven. Donde la belleza del paraje y los molinos que en ella se encuentran ofrecen una pictórica vista de la que tenemos un buen reflejo en la obra de Gauguin y la denominada escuela o grupo de Pont-Aven. Esta ciudad está plagada de galerías de arte y tiendas de "galletes" (galletas típicas de la zona, las venden por todos sitios).

En ella se encuentra el restaurante Le Moulin de Rosmadec uno de los pocos en Bretaña con una estrella Michelin que desde 35 € ofrece menús degustación. Como no, preferimos una tradicional y rápida creperie, "Le Talisman" a la salida de la ciudad, donde tomamos una crepés con la típica salchicha ahumada de la zona.

Visita a Josselin, en el Valle de Oust, dominada por el castillo de los duques de Rohan. No encontramos la manera de visitarlo por dentro, y la oficina de turismo en este caso no nos fue de gran ayuda. Nos dieron un plano de la ciudad y nos recomendaron visitar la basílica de Nôtre-Dame-du-Roncier y el barrio más antiguo, que se encuentra al otro lado del puente (impresionante la vista del castillo desde este punto). Josselin es una pequeña ciudad medieval, protegida por su castillo y con las típicas casas con estructura de madera. Atención a las cortinas de ganchillo.

Aún nos quedan un par de horas de luz, y nos replanteamos la ruta. En un principio teníamos intención de visitar el bosque de Paimpont, donde las leyendas del Rey Arturo y el Mago Merlín se hacen realidad en Brocéliande. Aquí se puede encontrar una de las seis tumbas acreditadas del mago, dentro del "Centre de l'Imaginaire Arthurien", localizado en el castillo de Comper, asociación turísitico-cultural encargada de dviulgar las leyendas del célebre Rey y su Mesa Redonda. Pero según la guía el castillo está abierto de abril a octubre, por lo que finalmente rechazamos la idea, aunque nos quedamos con el gusanillo de conocerlo. Para más información podéis visitar:
www.centre-arthurien.com

Finalmente seguimos dirección a Rochefort-En-Terre. Este ha sido uno de los pueblos que quizás destacaríamos del viaje. Antiguas casas convertidas en tiendas de artesanos, de las cuales me sorprendió la dedicada a la fabricación de fuelles para chimeneas. Un buen recuerdo con precios a partir de 50€. Paseando por ella te encuentras un antiguo lavadero que me recordó como no hace muchos años, en el pueblo de mis abuelos, las mujeres lavaban la ropa en estos lavaderos públicos. Los dos coincidimos que tiene más encanto Rochefort que Josselin, quizás nos hemos cansado de tantos castillos en el Valle del Loira.
Los carteles de las tiendas me han sorprendido durante todo el viaje por su originalidad pero sin dudas destacaría los que hay en este pueblo. Muy curioso

Debido al cansancio, teníamos dudas de visitar Vannes, pero la verdad es que mereció la pena. Vannes se encuentra al fondo del Golfo de Mobihan. Su casco antiguo perfectamente conservado es otra muestra de casas medievales del siglo XVII con su característico entramado de madera. Recomendable el paseo desde el puerto hasta el "Hotel de Ville" (ayuntamiento) , subiendo por la Rue St-Vicent hasta llegar a la Place des Lices, perdiéndose por las callejuelas repletas de casitas mediavales. Destacar entre ellas una casa roja, actualmente una pizzería.

Habíamos elegido Carnac para dormir por su cercanía a la costa pero creo que Vannes hubiese sido una mejor elección. Con lo que nos quedaban otros 32 K M hasta el hotel situado en esta localidad costera (que hicimos en más de media hora y de noche, se nos hizo interminable!!). Carnac destaca por los numerosos emplazamientos megalíticos, uno de los cuales nos encontramos al día siguiente en nuestra ruta de vuelta a Madrid pues lo habitual es que se encuentren en puntos de difícil acceso, salvo lógicamente los que se podrían ver en el Museé de Préhistoire. Dormimos en el Best Westner "Le Celtique". Encontramos una oferta muy buena por internet, alojamiento más desayuno 78 euros. Lo escogimos porque como fuimos tan apurados de tiempo a la hora de reservar, tampoco tuvimos oportunidad de seleccionar demasiado. No está mal, tiene tratamientos de talosoterapia y pisicina cubierta, pero os recomendamos mejor alguna opción más "rural". Nuestra primera opción se encontraba entre Vannes y Quimper, "Ty-Mat", en Penquesten, pero es lo que trae solucionar las cosas el último día.

jueves, 20 de marzo de 2008

Viaje a Bretaña. Día 4

Inicialmente, este día estaba destinado a subir hasta Brest y ver la costa "des Legendes" pero entro lo que habíamos leido y alguna recomendación decidimos cambiar el plan. Brest fue una importante base de submarinos alemana dado su priveligiada situación, lo que significa que fue duramente tratada durante la II Guerra mundial. En la costa habíamo leíedo que estaba la Ruta de los faros pero la distancia era demasiado.
Como comentaba adaptarse al "horario europeo" ha sido sencillo y trae gratificaciones como el maravilloso amanecer que teníamos desde la ventana de la habitación número 5.
Comenzamos parando en la oficina de turismo de Ste-Marine para ver lo que nos recomienda, aunque la idea está más o menos clara: recorrer la costa hasta Pointe de Raz y bajar a Quimper (Kemper en bretón), capital de Finisterre. La verdad es la señora que nos ayudó parecía que tenía ganas de hablar y no me estraña pues debíamos de ser los únicos turistas en esta época en Ste-Marine. Eso sí, superamable y nos proporcionó mucha información.

Empezamos parando para ver el puerto pesquero de Loctudy y continuamos después de una brevísima en el puerto hasta Guilvinec donde la actividad pequera parece bastante mayor. En la oficina de turismo nos habían recomendado acudir a la subasta de pescado pero es por la tarde sobre las 16 y es difícil de encajarlo en los planes del día. Me parece una idea exportable a nuestro país utilizar todo lo que hay en torno a la pesca como medio para potenciar el turismo. Poder ver la llegado de los barcos, la descarga de la pesca del día, la subasta en la rula, ...

Siguiente punto es Pointe de La Torche , situada en el extremo opuesta de la bahia de Audierne y desde donde se puede ver las dunas y el inmenso arenal (aprox 20 KM) que se extiende a lo largo de esta bahía hasta la localidad que le da nombre. Antes de llegar a este enclave natural, paramos a ver el faro Eckmüh, uno de los más representativos de Bretaña.

De camino a la estrella del día, "Pointe du Raz", nos vamos encontrando pequeñas pero encantadoras sorpresas como el calvario de "N.D. Tronoën" o las colororidas plantaciones de bulbos.

Llegamos a Audierne donde nos damos un rápido paseo por el bonito puerto pues el tiempo, como siempre, ya va justo.
Todos esto puertos pequeños o grandes denotan la pasión por la mar que hay en esta zona. Ya el norte de Bretaña, lo pudimos observar y en el sur se ha confirmado.

Seguimos nuestra ruta hacia uno de los cuatro GrandSite du France. Pese a que nos esperábamos una mala carretera por el lugar donde se encuentra Pointe du Raz, no fue así. La orografía no complica las carreteras de Bretaña, ni siquiera en un lugar como éste.

Recuerda en cierta medidad al Cabo Norte, es decir, un paraje natural apartado pero con gran significado y completamente preparado para el turismo. Existe una oficina de información pero ese día cerrada.
Una ruta de unos 20 minutos através de un sencillo camino lleva a los impresionantes acantilados que forman este paraje lleno de leyendas. Pese a la fama de la zona, el día era soleado y con algo de viento con lo que el mar estaba en calma pero debe ser sobrecogedor visitar estos acantilados con la mar embravecida.
A la vuelta del viaje me he encontrado su página web, merece la pena visitar para darse cuenta de la belleza de este paraje.

De camino a Locronan, hacemos una Parada japonesa en Pont-Croix para sacar un par de fotos y continuar la ruta. Ya vamos justos de tiempo y la parada prevista de Douarnenez nos la saltamos pues preferimos dedicar un poco más de tiempo a Locronan.

¿Qué decir sobre Locronan ? Pasear por este pequeño pueblo es perderse en el pasado. Sus casas mantienen ese encanto de antaño, especialmente en esta época, donde apenas te encuentras turistas.
Llena de casas de piedra y entramado de madera parece que salvo el asfalto de sus calles, mantiene intacto su carácter de siglos atrás. Su consideración como uno de los pueblos más bellos de Francia no plantea dudas.
¿Recomendar algo?, creo que lo único es perderse y pasear por sus calles. Sí, recomiendaría probar alguna exquisitez de la gastronomía bretona visitando alguna de las tiendas que nos ofrecen productos tradicionales. Merece la pena probar los kouignettes que también encontraremos en Quimper o Concarnea, o el gateau (pastel) bretón, bien de frambuesa o natural.

Ya oscureciendo entramos en Quimper, capital de Finisterre. Destacaría varias casas entre el resto, pero es una opinión personal pues son muchas y bonitas. La primera es la tienda H&B de souveniers junto a la catedral, se reconoce fácilmente por su fachada cubierta por platos de loza
Otra de las casas singulares es una tienda de Macarons, en una de las calles que desembocan en la plaza de la catedral. Estos pastelitos de colores los habíamos probado ya en Burdeos el año pasado.
Finalmente, nos gustó mucho una pequeña casita, hoy en día tienda de música, con el entramado de madera pintado en azul y un original cartel.

De regreso al hotel, decidimos hacer una parada "comercial" en Carrefour para apovisionarnos de productos Made in France. Llenamos el carrito con sidra de la tierra (a ver que dicen los asturianos de ella), cerveza bretona (aún no la hemos probado), crepes, "galletes", chocolate, foie (estaba de oferta la marca Larnaudie) y confit de pato. Es lo bueno de llevarse el coche de viaje.

Esa noche cenamos en el hotel. Auténtica cocina francesa. Foie mi-cuit para empezar seguido de, como no, un pescado de la zona. Decir que me sorprendió el postre de quesos no por su sabor sino por su presentación. Eran quesos franceses preparados de diferentes maneras: en espuma, galleta, crema.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Viaje a Bretaña. Día 3

Tras un desayuno con croissants y manzanas del huerto de Suzanne y Peter, nos despedimos de ellos y comenzamos nuestra ruta. Por cierto, Suzanne da clases de inglés y francés, por si alguien está interesado en combinar turismo y aprendizaje de un idioma, me parece una buena opción.

Hoy la idea es visitar la costa de Goële y la de Granito Rosa. Peter nos había recomendado algunos pueblos y parajes, a los que sobre la marcha fuimos añadiendo otras paradas. Fueron tantas las paradas que hicimos este día, que al escribir esta entrada sólo unos días después tengo algunas dudas. Espero no equivocarme.

Antes de subir hacia la costa y tal como Peter nos recomendó, nos detenemos en Jugon Les Lacs localidad que se encuentra a sólo 5 minutos de su casa. Después de un corto paseo visitando su iglesia compramos algunos "víveres" para el día pues la idea era comer en alguna de las playas del día.
El recuerdo de las guerras sufridas por las gentes de esta región y el mar de sufrimiento dejado es visible en muchas de sus iglesias. Ver sus cementerios y memoriales hace aflorar sentimientos sobre esta terrible tragedia del siglo XX que esperemos no se vuelva a repetir.

Binic, St Quay Portrieux, Paimpol fueron nuestras primeras paradas en la costa. Todas estas son localidades costeras con características muy similares, donde el puerto marca su visita.
Hacemos también alguna parada en las playas de la zona que nos recuerdan mucho a las playas de Asturias y Cantabria.

En todo viaje te encuentras maravillosos lugares que no esperas. Parece que no somos los únicos a los que nos ha pasado con la Abadía de Beauport en nuestra ruta a Paimpol, tal como he leido en otro blog.
Es una abadía que se encuentra a escasos metros del mar (ver la foto de su web) y fue origen del camino de Santiago para muchos peregrinos (foto en la entrada inicial sobre este viaje).
La cercanía del mar, el verde paisaje que la rodea hacen de ella una parada especial.

Después de visitar Paimpol, del cual destacaría su bonito puerto, abandonamos la costa y nos dirigimos a Tréguier, donde otra vez tengo que destacar la arquitectura de las casas, especialmente en su plaza. Le dedicamos poco tiempo a pasear 15-20 minutos. Destacar otro cartel singular: el de la tienda de fotos.

Desde allí subimos hacia la costa con destino Plougrescant, en cuyas inmediaciones se encuentra un área llamada Le Grouffe. Nos costó un poco encontrarla pues no recordábamos el nombre con exactitud pero la señalización es muy completa y fácil de seguir. Fue nuestro primer contacto con las formaciones de piedra que dan el peculiar aspecto a esta parte de la costa.
Sorprenden las formas de las rocas y como la mano del ser humano ha sabido sacarles partido. Un magnífico ejemplo, se encuentra en el camino (10-15 minutos) que lleva desde el parking hasta la costa.
La vista de la costa al final del camino es alucinante !
Seguimos bordeando la costa dejándonos guiar por los carteles de una ruta costera (no recuerdo el nombre) y olvidándonos de las indicaciones del GPS. No era ni la primera vez, ni sería la última que prescindimos del navegador pues haciendo turismo merece la pena "perderse" o seguir el camino más largo de vez en cuando. Vamos parando tranquilamente en pequeñas playas y parajes de belleza singular.

Pasado Perros Guirec, bajamos hacia la costa para realizar una parada en la playa de Trestaou, un poco turístico. Pero es al salir de Perros Guirec donde al parar en un mirador, nos encontramos lo que estábamos buscando: Sentier des Douaniers, la senda de los aduaneros que vigilaban la costa. Justo debajo del mirador en la entrada a un parking existía un acceso a la senda. Esta ruta que rodea toda la costa, era la utilizada por los vigilantes costeros de ahí su nombre.
Con tiempo suficiente es un paseo gratificante entre Perros-Guirec y Ploumanac'h. Nosotros subimos hasta el faro Mean Ruz (primera foto de esta entrada) recorriendo una pequeña parte del sendero.

Se me olvidaba comentar la magnífica rehabilitación de este paisaje costero. En muchos puntos de la costa los senderos están acotados para evitar que se pise la flora del alrededor. Es otro de los puntos que deberíamos copiar aquí y no dejarnos llevar por la masificación y crecimiento sin control del turismo.

Acabamos la jornada en Roscoff, otra bonita localidad costera dedicada por entero a la explotación de los productos de la mar: algas, pesca, etc. Destacar el faro y las construcciones de piedra junto al puerto.

A pesar de que el reloj solar no marcaba las horas, siguiendo el consejo del famoso bolero cantado por Luis Miguel, el cansancio de la jornada ya podía con nosotros. Así, después de un breve paseo por el centro emprendimos camino hacia el hotel que estaba a más de 1 hora.

Comenzamos el viaje al sur de Bretaña, pasando por el centro de la región, apenas poblada. Durante el trayecto, subimos al alto de Roc Trévélez desde donde divisamos una espectacular vista de este paraje envuelto en un rojizo atardecer. En esta ruta también nos encontramos con Pleyben, donde se puede ver uno de los mejores calvarios de Bretaña.

Rodeamos Quimper ya de noche, ahora sí, siguiendo las indicaciones del GPS, y seguimos viaje hasta la costa. El Hotel Ville Tri Men, en Ste-Marine, fue el hotel elegido para la tercera y cuarta noche. Recomendado por Traveler, es un pequeño hotel con gusto, emplazado en un espectacular paraje frente Bénodet que podía disfrutarse desde la ventana de nuestra habitación.
Habitación más barata 110€ en temporada baja. El desayuno no merece la pena (14€ ) pues tampoco ofrece gran variedad.

martes, 18 de marzo de 2008

Viaje a Bretaña. Día 2

Siguiendo el consejo de Peter, la primera parada fue Mont Dol, desde donde se puede ver una espectacular panorámica de toda la costa. En un día claro como el que tuvimos se vislumbra la silueta del espectacular "Mont Saint-Michel". Hay un pequeño mirador pues aunque se llame Mont Dol no es muy alto. Bretaña guarda gran similitud con el norte español, el verde los paisajes, los acantilados pero tiene un relieve totalmente plano. Sólo la zona centro y más despoblada, tiene alguna montaña pero mu pequeña.

Es increible.
Le Mont Saint-Michel parece sacado de un cuento infantil. Hay lugares que ganan pero cuando te vas acercando a esta maravilla, te vas dando cuenta de su belleza y espectacularidad. Si bien la mano humana ha destrozado la naturaleza en muchos lugares, tengo que decir que aquí ambos se han conjugado para lograr uno de los lugares más bonitos que he visitado. Su historia es curiosa, nació como santuario en honor del Arcángel en el 708 , pasando or abadía, fortaleza durante la guerra de los Cien Años llegando a ser utilizada incluso como prisión.
No teníamos claro si visitar (12 €) la abadía pero ahora tengo que decir sin dudarlo que no debe perderse. Primero por la vistas y en segundo lugar por lo destacado de su construcción. ¡Cómo han conseguido con los medios de la época ir nivelando un peñasco!. La sucesión de estancias y criptas en diferentes niveles es destacable.
No olvidar recorrer no sólo la calle principal, sino también subir y caminar por sus murallas. Para bajar a la playa, es mejor llevarse unas botas de montaña pues no es arena sino limo. La foto está sacada desde la playa.
En esta época del año no hemos tenido problemas pero recordar que es la segunda visita preferida por los turistas en Francia. Pregunta sencilla, ¿cuál es primera?. Peter nos comentó que en verano debe llegar temprano para poder visitarla y eso que la zona de aparcamientos (4 euros) es enorme.
Al dejar la isla, hay otra foto muy típica con las ovejas y Le Mont Sant-Michel de fondo.

El siguiente punto de parada sería St-Malo pero no sin antes pararnos en Cancale para ver su puerto donde la actividad principal es el cultivo de ostras y mejillones. Puedes probarlas en sus puestos callejeros, aunque francamente, nosotros no lo hicimos. Nos sorprendieron los barcos con ¡ruedas! con los que se adentran en el mar.

Y llegamos a St-Malo, denominada "Madame La Corsaria". Los grandes nombres de la piratería han ido llenando los carteles de las calles. Llegamos cuando la marea aún no había subido, y pudimos contemplar una panorámica de la "Plage de Bons Secours". Con marea baja es posible visitar la isla y Fort National, el castillo de la foto.

Primero recorrimos la parte antigua de la ciudad dando un paseo por su muralla (camino de los bastiones) que permite rodearla por completo. Se accede desde la Porte Saint-Vicent, y permite disfrutar de las fachadas de granito típicas de la ciudad, que fueron destruidas durante la II Guerra Mundial y reconstruidas por la población, en un arrebato de patriotismo. A continuación, el centro histórico, el llamado "Intra-Muros" donde aprovechamos para comprar un par de quiches.

Abandonamos Saint-Malo para dirigirnos a Cap Fréhel con su faro y las vistas de sus alcantilados y de Fort La Latte, que fue nuestra primera parada en esta Bahía de la Fresnaye.

Fortaleza edificada por la familia Gognon-Mantignon entre los siglos XIII-XIV para proteger la zona de los envites de los ejércitos francés e inglés. Fort La Latte se puede visitar por dentro desde el 1 de Junio hasta el 30 de septiembre de 10 a 12:30 y de 14:30-18.

Dada la época del año y la hora (ya eran cerca de las seis), nosotros nos conformamos con dar un paseo desde el aparcamiento hasta la fortaleza (nos llevó unos 10 minutos), para descubrirla frente al mar.

Desde aquí se puede acceder a Cap Fréhel a través de una senda. Indican que el camino es de aproximadamente una hora, pero nosotros no tenemos esa posibilidad, por lo que volvimos en coche (10 minutos). Tuvimos la suerte de ver como empezaba a atarceder desde este Cabo con los acantilados de fondo.

Dejamos esta bahía para dirigirnos a la ciudad medieval de Dinan. Para no perde la costumbre, nosotros vamos como siempre algo apurados de tiempo pero lo compensaría el encanto especial de las visitas nocturnas.

Llegamos a Dinan ya al anochecer y tras aparcar en el parking junto al Hotel de Ville, nos dirigimos a la puerta principal del casco antiguo, junto a la oficina de turismo. Afortunadamente, Peter nos había prestado un plano turístico de la ciudad ya que la oficina cerraba a las 18. Seguimos una de las rutas que indicaba.
Guardo un grato recuerdo del paseo por Dinan . A pesar de estar cansados, creo que fue otra de las visitas para recordar. Eso sí también lo recordaré por la bajada sin fin hasta el puerto, que después se conviertiría en una "dura" subida.
Pasear al atardecer sin apenas personas en las calles fue algo impactante y eso sí, totalmente seguro, algo que tengo que subrayar en todo el viaje.

Suzanne nos había recomendado la Creperie Anha en el 7 de Rue de la Poissonnerie, justo cuando la calle principal empieza a descender. Un concepto de creperie un poco más refinado pero totalmente recomendable. Nuevo acierto de nuestros anfitriones y que después también la encontré recomendada en nuestra guía Traveler.
Vuelta cansados pero contentos por la jornada.

lunes, 17 de marzo de 2008

Viaje a Bretaña. Día 1

Salida de Madrid después de la comida. La distancia de Madrid a Rennes es de unos 1200 KM. Hemos decicido una parada a "mitad" de camino en Vitoria para dormir y hacer el viaje más llevadero. Otra alternativa era Burdeos pero en nuestro anterior viaje fue la elegida.

Llegamos a Rennes cansados y hambrientos con lo que primer objetivo buscar un lugar para comer. Y dónde mejor para el primer día que en lo que alguien llamó el McDonald bretón: una creperie. Según recorres esta tierra te das cuenta hay una creperia en cada esquina. Se cifran en unas 4.000 en toda Bretaña con lo que hambre es difícil de pasar.
Cambiando de tema, Rennes está estratégicamente situada en la entrada de Bretaña y es recomendada como punto de partida para visitar esta región. En ella se sitúa el parlamento bretón y se puede entrar en contacto con las casas medievales que nos acompañarán durante nuestra ruta.

Dado que teníamos algo de tiempo hasta que empezase a anochecer, decidimos realizar otra visita a la cercana Vitré (45 minutos aproximadamente) .Existía otra alternativa Fougéres pero estaba un poco más lejana.
Sin lugar a dudas, el castillo es punto central de cualquier visita a esta ciudad . Existe una gran diferencia respecto a la mayoría de los que habíamos visto el Valle del Loira, pues su carácter defensivo se hace notar rápidamente. Después de visitar el castillo, hoy también ayuntamiento, nos dimos un paseo por el pueblo siguiendo el plano que habíamos comprado en la oficina de turismo situada en frente de la estación de tren.

Nos alojamos en la casa Bed&Breakfast (B&B) de una pareja inglesa encantadora (45€ noche con desayuno) , situada junto a Jugon Les Lacs. Tengo que decir que la elección resulto perfecta pues el acceso a la autovía estaba a 2 minutos y se ubicaba entre las dos zonas de la costa norte que queríamos visitar. Os la recomendamos, es la casita de la foto de la derecha.
Rotos y destrozados por la paliza del viaje, nuestra adaptación al horario europero fue rápida: a dormir a las 10 después de una agradable charla con nuestros anfitriones, Suzzane y Peter. Peter nos ayudó a planificar la ruta del día siguiente sugeriéndonos algún lugar que no teníamos en mente como Mont Dol o Cap Fréhel.

sábado, 15 de marzo de 2008

Viaje a Bretaña. Día 0

Algunos se tirarían de los pelos, pero la realidad es que estamos a sábado y aún preparando el viaje. No hemos tenido mucho tiempo en las últimas semanas y nos ha sido imposible, así que el último día enviando e-mails a casas, hoteles para ver si encontramos donde alojarnos.

Estamos utilizando la guía Traveler Bretaña como referencia pero no parecen contestar muchos de los hoteles y casas recomendados. Al final acudimos a Top Rural, donde la fortuna nos sonrió. No lo utilizamos pero Gites de France es otro buen lugar para encontrar alojamiento en Francia.

No llevábamos una clara idea de todo el viaje con lo que elegimos pernoctar dos noches en el norte y tres en el sur, y desde ahí ir planificando las rutas. De hecho, la idea inicial era 2+2 pero al final y visto las distancias preferimos prolongar la estancia un día más.

En el viaje buscábamos principalmente naturaleza y paseos por ciudades y pueblos, sin visitas a catedrales ni museos.
Al final resultó en 3650 KM desde Madrid en 7 días, una auténtica paliza pero creo que mereció la pena.

Os dejo otros puntos donde solicitamos información para dormir. Los hemos sacado de la guía Traveler y en Top Rural:

Para más información adjunto algunos links interesantes, que sinceramente en su mayor parte he encontrado al escribir este Blog:
Club Digital
Turismo Francia
Ruta de unos 12 días

Por si es de ayuda aquí dejo la "chuleta" del viaje. Después la iríamos complementando con ayuda del Traveler y diversos folletos y mapas de las oficinas de turismo:
Por último, en relación a las comidas este es de los viajes más fáciles. Más de 4000 creperies hacen que la recomendación sea seguir carteles como éste:
No olvidar consultar el tiempo, importante en esta zona: