Hay varias formas de visitar la reserva, pero sin lugar a duda, alquilar una excursión en Jeep es la mejor. Hay muchas agencias en Playa del Carmen pero lo puedes gestionar por teléfono desde el hotel. Regatea especialmente si se trata de un grupo pues siempre ajustan los precios, nosotros no unimos a unos chicos en el hotel y se nota la diferencia.
Los jeeps, nuevos en nuestro caso, te recogen y dejan en el hotel. No lo lleves descapotado, es muy divertido pero te pasarás mordiendo polvo varios días.
Justo a la entrada de la reserva hay un cenote abierto, casi salvaje, cruzando unos metros la selva, donde se pueden ver los tímidos cangrejos. Un bañito para refrescar y a seguir ...
No olvides echarte el protector antimosquitos, especialmente en este recorrido por la selva o serás tan apetecible como un buen jamón pata negra después de un día sin comer.
Y cambio total de tono, para salir mar adentro en busca de delfines y tortugas. Tras un rato de navegación una pareja de simpáticos delfines nos saludan con sus saltos y piruetas. También, nos encontramos una transquila tortuga a la que parece molestar la "presión" de las barcas a su alrededor. No me sorprende.
Como experiencia final, tenemos unos 20 minutos de snorkel en medio de los arrecifes. Con suerte y al alguno le acompañó, también se pueden obervar las espectaculares mantas.
Mañana toca día de hotel. A disfrutar de la pulsera: increíble, en unos días y adicto a la piña colada. Primero prueba todos los cocteles y ya llegará la adicción a uno.
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