Impresionante el desayuno, no sólo por su contenido sino por su continente haciendo juego con la decoración en azul de la habitación. Refinamiento hasta en el último detalle, todo un lujo.
Es hora de despedirse de nuestra "noble" y encantadora anfitriona para coger el coche y seguir ruta. Saint Emilion será parada previa al destino final del día, Burdeos (Bordeaux).
Entre los pueblos por los que pasamos nos paramos en Terrasson
Las vistas desde el puente nos permiten tomar un descansaso después de los kilómetros ya recorridos.
Última parada del día: St Emilion, uno de los centros del vino en Francia. Impresiona la extensión de viñedos que lo rodean y conduces kilómetros y kilómetros hasta llegar a la ciudad.
Aparcamos en el parking de pago que hay en la entrada de la ciudad y consultamos en la oficina de turismo que podemos ver.
Lógicamente el vino es el elemento central, con numerosas tiendas que viven del zumo de la uva pero sin dudas, la visita de esta ciudad medieval merece la pena.
2-3 horas son suficientes para disfrutar con los rincones de la ciudad donde destacaría las vistas desde la parte alta.
Recuerdo el impresionante aguacero que generó simpáticas anécdotas cuando los toldos vertían el agua aleatoriamente en las terrazas de los cafés.

Cómo no, nos llevamos unas botellas de vino de la tierra, aún sin abrir.
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