domingo, 8 de marzo de 2009

Parque Natural del Alto Tajo

Otro día de terapia reparatoria para los sentidos, alguno aún dormido por el invierno.
Se acepta la propuesta de cambio de ruedas tras la bienvenida "paliza" del día anterior. El plan de hoy nos adentrará en las hoces del río Tajo y Gallo, reyes acuáticos del Parque Natural del Alto Tajo.
Salimos de Molina en dirección a Puente de San Pedro, lugar donde Gallo y Tajo funden sus aguas. Es el sitio perfecto para relajarse disfrutando del sonido del río en la playa fluvial. Tienta el baño, pero tendrá que esperar al verano.

Otro espectacular lugar para disfrutar del Tajo es la pista que lo bordea. El Tajo que aquí nos encontramos es un río diferente. Bravo, límpido, estrecho, nada que ver con la imagen del ancho río que cruza la península para desembocar en Lisboa.
Entre los rápidos que cortan el recorrido del río, nos encontramos a "El Infranqueable" (foto de la derecha), obvia explicar el porqué de su nombre.
Siguiendo este camino, se llega a un área de descanso desde la cual se puede bajar a una playa fluvial de canto rodado, lugar donde es fácil caer en la tentación retrocediendo unos años y recuperar la niñez, haciendo saltar las piedras planas sobre el agua.

Parada en Zaorejas para reponer fuerzas y aprovechar los últimos rayos de sol de una espectacular jornada. Parece mentira la nieve caída hace un par de días.

En ruta de vuelta a Molina, a pocos kilómetros de Zaorejas, se encuentra el Mirador del Alto Tajo desde el cual y a "vista de buitre" se puede disfrutar el salvaje zigzageo del Tajo.

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