Poco a poco España va desarrollando su enorme potencial no sólo en la producción de excelentes vinos sino en todo lo que rodea al elixir de larga vida . El turismo enológico, especialmente ya desarrollado en La Rioja, se extendiende por toda España y es una alegría ver que otras zonas van también uniéndose a este fenómeno.En los útlimos años, no debe uno sorprenderse al encontrar problemas y colas para visitar famosas bodegas en ciudades y pueblos como Haro, Laguardia, Cenicero, Elciego, etc.
Cada vez más, disfrutamos de nuestros vinos y de la cultura que hay en torno a ellos. Así, nuestros viajes deben aprovechar este patrimonio que tenemos en numerosos puntos de la península e islas.
Las bodegas han traspasado su origen como recintos para la producción de vinos convirtiéndose en activos turísticos por si mismas. Quizás el mejor ejemplo es la apuesta del grupo Marqués de Riscal en Elciego con su bodega diseñada por Frank Gherin. Personalmente tanto por su diseño como por su integración en el entorno me quedo con la bodega de Ysios en Laguardia.Un poco más alejado pero creo que el mejor punto para embeberse y hacer un recorrido por la historia y cultura que rodea el vino tenemos el Museo de Dinastía Vivanco en Briones (La Rioja).
Es un recorrido de varias horas donde se puede ver la historia del proceso de elaboración de vino y los utensilios que el hombre ha ido utilizando en este camino. La exposición de sacacorchos que remata la visita contiene simpáticos y más que curiosos abridores.
En Lanzarote, también visitamos un pequeño familiar Museo del vino de El Grifo, excelente vino de uva malvasía. Si bien, lo que más choca es el sistema de cultivo en foso protegido por muretes de los viñedos en la negra tierra volcánica.
Seguro que de estas visitas volvemos con alguna caja en el maletero del coche.
Rueda
Retorno al título del blog.
Aprovechando, un par de días en el parador de Tordesillas hemos pensado en visitar alguna bodega de la zona.
La visita empieza en la actual planta de producción que se puede ver desde la carretera. Es una bodega moderna y orientada a la producción por tanto no es tan sofisticada o preparada para el turismo como las que se pueden ver en La Rioja. Sirve como una primera aproximación al proceso de elaboración de tanto blancos como tintos. Finalizado este recorrido, comienza la segunda parte con un recorrido del Hilo de Ariadna.
Que me perdonen gallegos con sus albariños, lanzaroteños con su malvasía pero no puedo resistirme a concluir sin dar mi opinión sobre el vino blanco que más me gusta. De entre los afrutados vinos de Rueda me quedaría con José Pariente (La Seca), aunque los verdejos de Palacio de Bornos con su bodega junto a la A-6 son siempre un punto de fácil compra en los trayectos al Norte.
Información adicional en:
http://www.rutasdevino.com
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